Me acostumbraste al olor de tu cuerpo,
a la seda de tus besos
al aroma que desprendes cuando te veo.
Me acostumbraste a llorar, y a reír
en momentos intensos.
Me acostumbraste a ver la vida
de otra manera, desde lo lejos,
con tus quimeras, y locos sueños.
Me acostumbraste a tus desvelos
A sentir profundo,
a saber que en este mundo, existe un Dios
y que yo estoy viva por eso.
Me acostumbraste a las locuras que siento
cuando te tengo y no te tengo.
Cuando me trepo a tu cuerpo,
como una gata que maúlla gritando en el silencio.
Me acostumbraste a sentir intensamente,
a llegar a ser la mujer sensual, que hoy me siento .
Sos mi esclavo y yo, tan sólo un pensamiento,
que te vuelve loco, sin yo quererlo.
Pero llegó el momento de partir.
Mi tren sigue su camino
debes de bajar en la estación y yo te despido .
Serás feliz sin mí, y contigo en la distancia
mientras mi tren, ya se habrá ido
©Mucha.